¿Cuando uno tiene hígado graso puede comer aguacate?

El comino es una vigorosa yerba medicinal que se asocia con enormes características curativas, entre aquéllas que se resaltan sus características digestibles, diuréticas, depurativas, antiespaesmódicas y adelgazantes. Una investigación ha comprobado, que el perfume del cuminaldehído, el compuesto activo del comino, es de mucha ayuda en la cura la patología del hígado graso. Asimismo se tiene otro estudio en el que se acreditaron las ventajas del aroma del cuminaldehído para tratar el hígado graso, el descubrimiento fue que a lo largo de 4 semanas se previno completamente el incremento de peso del hígado en un 64%. Según los autores del estudio, las características antioxidantes del cuminaldehído enfrentan el daño oxidativo, desarrollo que desata el almacenaje de grasa en el hígado. La recomendación es ingerirlo en infusión o añadir una cucharada chica en guisos, sopas y guarniciones. 

Comino. /Fotografía: Azwar Thaufeeq/ Pixabay

Arándanos colorados y azules

Los arándanos colorados y azules son bayas que contienen grandes cantidades de antioxidantes, exactamente la misma la toronja y otros frutos que poseen antocianina, lo cuál les da su vivo color. El consumo de arándanos azules optimización el sistema inmunológico.

Es conveniente consumir estos arándanos enteros o con apariencia de jugo, puesto que asimismo se estima que tienen la posibilidad de achicar el avance de cáncer de hígado. No obstante, o sea una teoría que aún no fué confirmada a nivel científico.

Dieta para el hígado graso

Para proteger el hígado graso con la dieta, es como tener un aparato de alimentos que endurecen al hígado y otros que podrían ofrecerle mucho más trabajo del preciso. En el aparato de «buenos», resaltan aguacates, aceite de oliva, pescado abundante en omega-3, pollo y pavo. Las frutas y verduras como manzanas y arándanos asimismo son como superhéroes antioxidantes. En la banca, poseemos granos enteros como avena y quinoa. Pero precaución con los «pésimos»: azúcares añadidos, comidas fritas y el exceso de alcohol, mejor que se queden fuera del campo. Sostenerse hidratado con agua es como ofrecerle un refresco al hígado. Para un plan personalizado, charlar con un profesional de la salud es como tener un entrenador personal, ¡siempre y en todo momento asistencia! Y recuerda, llevar a cabo cambios de a poco es como ofrecerle al hígado tiempo para amoldarse. ¡A proteger ese hígado!

Tratándose de ofrecerle cariño a un hígado graso, la clave no es otra que alimentarse con sabiduría. Dale un pulgar arriba a las grasas saludables, como las que hallas en aguacates, aceite de oliva y pescado grasoso. Los amigos de 4 patas como pollo y pavo son buenos socios, y las frutas y verduras, singularmente manzanas y arándanos, son como los héroes del aparato antioxidante. Los granos enteros, como la avena y la quinoa, asimismo meritan un espacio en la mesa. En este momento, los pésimos, esos azúcares añadidos y las comidas fritas, mejor mantenlos a raya. Y el alcohol, si puedes, dale un reposo. Mantén al hígado feliz con agua, su bebida preferida. Recuerda charlar con un profesional de la salud para ajustar este plan y, como en todo, haz cambios de a poco a fin de que el hígado se sienta como en el hogar. ¡A comer rico y saludable!

Manzana

Los expertos acostumbran a sugerir el consumo períodico de cuando menos una manzana verde. Tiene la aptitud de contribuir a achicar el nivel de azúcar en sangre. Además, esta es una fruta que puede contribuir a adecentar el hígado. En estudio efectuado en cerdos se halló que los polifenoles de manzana podrían reducir la acumulación de grasa en el hígado.

Hay que tomar en consideración que las manzanas tienen ácido málico, que según ciertas hipótesis deja impedir la aparición de piedras en el hígado y los riñones.